CLARAS PENUMBRAS
"El que presta a su mujer para bailar
al final nada tiene que reclamar".
Una noche fuí a la charca
y acompañé en el coro
a las ranas.
Con la estrofa que sabía
le canté a la noche
y me escucharon los arrabales
Fue mi infancia
incomprendida y menos consentida
Mi garganta se convirtió
en fina soprano
la noche que me asomé a la venta
cuando un par de gatos
hacían el amor.
También le canté a la vida
pero la vida
estaba dando vueltas
en la rueda de una bicileta
Sigo amando
por los recovecos de la vida
para que la noche no termine
aunque mi alma está contigo
De mi libro INFINTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario