Consumatum est!

Los venezolanos asisten al velorio más largo que ningun fallecido haya tenido en ninguna parte del mundo. Nadie da un céntimo por la vida de uno de los canales de televisión más emblemáticos que ha existito en la historía de los medios de comunicación en este país, sólo comparado con lo sucedido con el otro canal que por las mismas circunstancias pasó en Perú.

El cretinismo de un régimen que se autoproclama democràtico en ese pasticho mental combinado con socialismo-neocomunista no da para más. La careta por primera vez está al descubierto. Con esa medida queda comprobado a la luz de los ojos de los incrédulos connacinales y los de más allá de nuestras fronteras que el Poder Judicial es tan diligente y autónomo como se lo prmite la sala situacional de Miraflores, peor será si a última hora por tratar de arreglar el descalabro del presidente del paìs socialistas y bolivariano sentencian en favor de RCTV, cualquier vía que tomen a estas alturas no demostraran si no el entreguismo existente en las alturas del poder a las ordenes autoritarias.

El otro problema, aparte del autoritarismo militarista, es la ceguera. El periodista ministro, para vergüenza de la profesión, expresó a pocas horas de haberse terminado al marcha de Caracas que había visto la tomas del canal 8 (oficialista) y había observado una movilización muy disminuída. Aquí rádica el otro, entre otras cosas, el otro país que surgió de un momento en aquella república democrática llamada Venezuela. Los seguidores del oficialimso y sus gobernantes sólo ven los canales de televisión y estaán pendientes de las publicaciones radiales o televisivas de los medios afectos al régimen. La adicción comunicacional de mentira propagandística a favor del conductor del proceso socialistoide y su obra de gobierno no les permite ver, observar y mucho menos analizar la Venezuela que se quedó extraviada en la historia.

Este 27 de mayo pasará a la historia como el día de la demencia de un régimen, pero así como nadie da un céntimo por la vida de RCTV, en la misma medida nadie apuesta a jugar seguro sobre lo que pasará en adelante. Ahora, reafirmo, como en el teatro, el telón antes que bajar subió y los actores sin caretas tienen que enfrentar el libreto de la realidad cara a cara. No hay más excusas de "lacayos del imperio", "contrarevolucionarios malucos" o toda esa serie de sandeces promulgadas en las peroratas televisivas.

Mientras que todo eso pasa el pueblo también muere, pero no por vejez, si no en manos del hampa justificada en el discurso presidencial, la escaces de alimentos, precariedad de viviendas y exiguos servicios. Las misiones no han servidio si no para entretener a los pobres que ya no saben si recurrir a Barrio Adentro en donde le dan una pastila que sirve igual para una jaqueca que para una apendicitis o en última instancia llegarse a las emergencias de los hospitales en donde algún profesional de la medicina venezolana incorporado con José Gregorio hernández le hace el milagro decurarlo. ragum/